El Banco Central decidió mantener la tasa referencial de interés en su mínimo técnico de 0,5%, en momentos en que el país sufre el impacto de la pandemia de coronavirus.
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Los legisladores de Estados Unidos mostraron su compromiso para presentan un proyecto de ley de gastos bipartidistas para evitar así un posible cese de las operaciones del gobierno federal el próximo mes. Sin embargo, los demócratas y los republicanos no avanzan en las negociaciones por aprobar un nuevo paquete de estímulos fiscal a pesar de la presión del presidente, Donald Trump
Los legisladores de Estados Unidos mostraron su compromiso para presentan un proyecto de ley de gastos bipartidistas para evitar así un posible cese de las operaciones del gobierno federal el próximo mes. Sin embargo, los demócratas y los republicanos no avanzan en las negociaciones por aprobar un nuevo paquete de estímulos fiscal a pesar de la presión del presidente, Donald Trump
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha asegurado que las medidas de estímulo monetarias se mantendrán hasta que la recuperación económica sea sólida y que se recalibrarán las existentes o se introducirán nuevas en caso de ser necesario.
El Banco Central Europeo no ha movido ficha este jueves 29 de octubre, pero con toda probabilidad lo hará para diciembre. Pese a que la inflación anual lleva dos meses consecutivos presentando tasas de variación negativas y que la recuperación económica se ha detenido en seco en la zona euro, el BCE quiere esperar al último mes del año para calibrar con más información los cambios y buscar un 'tiro' más certero. La reunión de hoy sirve para allanar el camino a los cambios y mostrar un tono más 'dovish'.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha reconocido que la economía se está apagando "más rápido de lo esperado, tras el fuerte rebote de los meses de verano". La francesa ha explicado que la segunda ola de covid-19 está lastrando al sector servicios, el que mayor peso tiene en el PIB de la zona euro, lo que a su vez está presionando a la baja la inflación y afectando al mercado laboral.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha reconocido que la economía se está apagando "más rápido de lo esperado, tras el fuerte rebote de los meses de verano". La francesa ha explicado que la segunda ola de covid-19 está lastrando al sector servicios, el que mayor peso tiene en el PIB de la zona euro, lo que a su vez está presionando a la baja la inflación y afectando al mercado laboral.
La inflación lleva años sin alcanzar el objetivo del 2% de forma sostenida en la zona euro. La economía, incluso antes del covid-19 (menos después), tampoco ha mostrado un comportamiento sobresaliente. Todo ello pese a que los tipos de interés clave en la zona euro están en cero o negativo (facilidad de depósito), la liquidez es abundante y el Banco Central Europeo (BCE) ha estado y está comprando grandes cantidades de bonos (QE). ¿Puede hacer algo más el BCE con las herramientas que tiene a disposición? El Banco Canadá (BoC) cree que sí.
Cuando este miércoles, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, jure su cargo en Washington D.C., el demócrata heredará una crisis económica y sanitaria sin precedentes. Sin embargo, en esta ocasión, su desembarco en la Casa Blanca se produce con una importante lección aprendida durante su periplo como vicepresidente bajo la administración de Barack Obama.
Cuando este miércoles, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, jure su cargo en Washington D.C., el demócrata heredará una crisis económica y sanitaria sin precedentes. Sin embargo, en esta ocasión, su desembarco en la Casa Blanca se produce con una importante lección aprendida durante su periplo como vicepresidente bajo la Administración de Barack Obama.
"Con los tipos de interés en niveles históricamente bajos, lo más inteligente que podemos hacer es pensar a lo grande". Es lo que dijo Janet Yellen en su reciente comparecencia ante el senado de EE.UU. Solo le faltó decir "y el que venga detrás, que arree", aunque supongo que en inglés habría sonado rarísimo.
La bolsa de China está mostrando al mundo lo que sucede cuando los bancos centrales y los gobiernos comienzan retirar los estímulos de la economía cuando los efectos de la pandemia aún están en el ambiente. Y lo que se ha visto no es nada bonito.
En los últimos años, el Banco Central Europeo (BCE) se ha convertido en el actor más importante del mercado de bonos europeo. Cuando el recorrido a la baja de los tipos de interés comenzó a agotarse, el BCE optó por imitar a otros bancos centrales y lanzar su programa de compras cuantitativas (QE por sus siglas en inglés) en 2015. Desde desde entonces, el balance del banco central no ha parado de engordar, con las compras de bonos liderando este crecimiento y a punto de alcanzar ya los 4 billones de euros, más de tres veces el PIB de España.
Las grandes expansiones monetarias desde la crisis de 2008 han venido acompañadas de advertencias sobre un riesgo de inflación que nunca ha llegado a materializarse, al menos en el mercado de bienes y servicios (la inflación en los activos ha sido más evidente). En esta ocasión, tras billones de euros entre estímulos monetarios (bancos centrales) y fiscales (gobiernos), las alarmas vuelven a sonar incluso con más fuerza. ¿Será esta vez diferente? El tiempo lo dirá, pero lo que es cierto es que algunos ingredientes sí son distintos y pueden marcar la diferencia en los próximos meses y años.
La línea que separa a la política monetaria de la fiscal en los países desarrollados es cada vez más fina. La crisis del covid-19 ha llevado a los gobiernos a lanzar grandes planes de estímulo que están contando con el apoyo casi directo de los bancos centrales a través de monstruosas compras de bonos.
Una pregunta que probablemente se hace toda persona en su infancia es por qué el gobierno no fabrica más dinero cuando hay una crisis. Aunque parezca una pregunta infantil, lo cierto es que cada vez hay más políticos y expertos que defienden la financiación directa del gobierno a través de la impresión de dinero (es una forma de hablar, casi todo el dinero se crea con anotaciones electrónicas en los balances de los bancos) por parte del banco central. Los defensores de este movimiento se encuadran dentro de lo que se conoce como teoría monetaria moderna (TMM) y creen que a través de la monetización pura del déficit público se puede alcanzar una mayor prosperidad económica.
La recuperación económica tendrá que despegar con uno de sus motores a medio gas. La Comisión Europea ha descartado casi por completo que el exceso ahorro acumulado por los hogares durante el covid-19 se vaya a transformar en un boom del consumo, que lance la recuperación económica en los próximos meses. Los 600.000 millones de euros 'retenidos' en 2020 por las familias se encuentran distribuidos de una forma desigual, tanto a niveles de renta como de edad. Esta desigualdad impedirá que el grifo del consumo se abra con la fuerza esperada.
Banco Santander, BBVA y Caixabank estarían a apenas cuatro colocaciones de deuda de cumplir con sus objetivos de financiación para 2021. Las tres grandes entidades de España han acelerado sus planes de emisiones de bonos ante el riesgo de una subida generalizada de los intereses en la segunda parte del año. Ya han emitido, de media, en torno al 70% de lo planificado.
Alan Blinder militó como segundo de a bordo de la Reserva Federal bajo la era de Alan Greenspan. Como vicegobernador del banco central de EEUU entre 1994 y 1996 trajo consigo múltiples puntos de fricción, dada su blanda trayectoria en lo que a la inflación respecta. Sin embargo, este profesor de Economía de la Universidad de Princeton marca de nuevo la pauta con su visión sobre las presiones inflacionistas. De hecho, en el último simposio virtual de Jackson Hole (Wyoming) se presentó un documento que rememoró y reforzó su opinión en la década de los años 80 de que el alto desempleo es un factor más significativo que el aumento de los precios.
La Reserva Federal ha vuelto a demostrar la enorme influencia que tiene sobre los mercados financieros globales a corto plazo. Unas pocas palabras pueden cambiar el rumbo de las bolsas y los bonos. Jerome Powell, presidente de la institución, lanzó este miércoles un mensaje más hawkish de lo esperado, dejando todas las puertas abiertas a un endurecimiento agresivo de la política monetaria para contener una inflación que ha ido demasiado lejos: retirada de los estímulos a corto plazo y subidas de tipos más intensas y más rápidas. Esta receta se le está atragantando a los mercados. Las bolsas y los bonos están cayendo con violencia, generando cierto pánico entre los inversores.