SALUD
06/05/2020, 07:06
Wed, 06 May 2020 07:06:16 +0200
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Lo dicen los que saben: a falta de una vacuna, los mejores remedios contra el coronavirus son el distanciamiento social, la mascarilla y la higiene. Blindarse a uno mismo para, al mismo tiempo, proteger a los demás. Lo anterior, junto con la detección temprana de los casos, son las principales recetas para evitar los rebrotes. La regla es sencilla: contactar con el centro médico ante el menor síntoma de fiebre, tos seca, cansancio o malestar, para así realizar un test sin perder un minuto. De esa forma se despejarán incertidumbres y, en el supuesto de infección, se podría controlar el caso y evitar la propagación. Frente a la población que ya ha sufrido directamente al virus, las perspectivas son halagüeñas. Hace apenas una semana, el Comité Clínico Central para las Nuevas Enfermedades Infecciosas de Corea del Sur aseguraba que la inmunidad de los afectados era evidente. Es decir, que las personas que se hubieran curado no volverían a infectarse. Ese esperanzador hallazgo se ha refrendado el pasado martes con un estudio de la Universidad de Tsingua (China), publicado en la revista Immunity, que confirma la existencia de anticuerpos neutralizantes entre los supervivientes de la COVID-19, capaces de protegerles frente a nuevas infecciones.