22/04/2021, 11:50
Thu, 22 Apr 2021 11:50:12 +0200
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Decía recientemente Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, quien con su nube le ha dado un renovado impulso a la compañía presidida por Bill Gates, que la Unión Europea necesita analizar su competitividad. Nada más lejos de la realidad. Días atrás comentábamos que Europa adolece una pérdida de fuelle que la ha convertido en el tercero en discordia, cediendo todo el protagonismo económico y financiero a Estados Unidos y China que libran su pulso particular. No era simplemente cuestión de déficit comercial la razón por la que Donald Trump arremetía contra China, clavándole más aranceles. El meollo nuclear del conflicto entre estadounidenses y chinos está originado por el progreso tecnológico de estos últimos que ya no se limitan a componer y montar los artilugios tecnológicos norteamericanos, sino que han sido capaces de desarrollar unos contextos tecnológicos singulares, compitiendo de tú a tú con Estados Unidos y marcando el paso en las redes 5G. La posición predominante de Huawei, por ejemplo, confirma recelos occidentales y que desde Estados Unidos, con apoyo disimulado de Europa al ser China un socio comercial clave, se auspicie a otros operadores, como Nokia y Ericsson, con la asistencia de la coreana Samsung.